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¿PARA QUE LAS REUNIONES DE PADRES?

Introducción


Las reuniones de padres y maestros son una oportunidad para mejorar la comunicación entre padres y maestros. Dado que los niños son diferentes en el hogar y en la escuela, tanto los padres como los maestros se benefician, ya que pueden entender mejor al niño y así ayudarlo más efectivamente. El maestro puede sorprenderse al enterarse de que lo que consideraba una forma divertida de tratar al niño hacía que este se sintiese menospreciado. Los padres quizás se enteren de que el maestro siente que el niño no está dando lo mejor en la escuela. El maestro se enterará quizás de que el niño se distrae porque está atravesando problemas familiares. Obviamente, muchos padres reciben la grata sorpresa de que el niño se porta mucho mejor en la escuela que en el hogar.



Antes de la reunión


Prepararse para la reunión puede hacer que la experiencia sea más reconfortante. Pregúntele a su hijo si tiene alguna preocupación o si hay algo en particular que desee que usted le comente al maestro. Dependiendo de la edad del niño, decida si los problemas familiares deben mencionarse o no. Si le preocupa el desempeño de su hijo, lleve copias de algún material que ilustre su preocupación. Si solo uno de los padres puede asistir a la reunión, es útil tomar notas o grabar la reunión para compartir luego con aquel que no pudo asistir. Puede preparar algunas preguntas para recabar información sobre el comportamiento y el progreso de su hijo. Aquí hay algunos ejemplos:



Infancia temprana

¿Comparte con los demás y respeta su turno?
¿Se concentra en actividades en grupos grandes? ¿y en grupos pequeños?
¿Elige solo las actividades durante el tiempo libre o necesita su ayuda?
¿Cuáles son sus actividades preferidas?
¿Se arriesga?
¿Puede resolver conflictos verbalmente?
¿Prefiere trabajar solo o con otros niños?
¿Es un líder, un seguidor o una mezcla de ambos?


Niños en la escuela primaria

¿Debo ayudarlo con las tareas o prefiere que sea enteramente trabajo de él?

¿Es mejor que no complete lo que no entienda o debo tratar de explicárselo?
¿Debo corregir su tarea?
¿Tiene alguna forma de comunicarse con los padres en caso de que los niños no hagan sus tareas?
¿Sigue las instrucciones?
¿Hay algún momento en que usted trabaje con los niños que requieren ayuda adicional?
¿Hay algún indicio de problemas académicos?
¿Es sensible a las necesidades de los demás?
¿Sus amigos interfieren con su capacidad para concentrarse en el trabajo académico?
¿Ha notado algún signo de alarma a nivel social o emocional?


La mayoría de los padres siente algún grado de ansiedad mientras aguarda afuera del salón de clases para escuchar cómo está trabajando su hijo en la escuela. El grado de ansiedad depende de muchas variables. Si el niño tiene buen carácter y se ha desempeñado exitosamente con anterioridad, los padres se sienten relativamente seguros. Si el niño tiene un carácter difícil y ha tenido algunos tropiezos en la escuela, es probable que los padres se sientan más nerviosos. Los padres no pueden evitar sentir que están siendo juzgados como padres por los maestros. Es difícil para un padre no medir su propio éxito sobre la base del éxito del niño. Estos sentimientos pueden complicarse aún más por la propia experiencia escolar del padre. Si no era buen alumno, acercarse al maestro le hará recordar experiencias del pasado y sentimientos de incomodidad, y se sentirá todavía más ansioso. En algunos años la relación entre el alumno y el maestro es mejor que en otros. Obviamente, es más fácil si la relación es buena. Sin embargo, los padres deben recordar que la vida no siempre se adaptará a las necesidades de sus niños y que es útil para el niño aprender a manejarse con diferentes personalidades.

Los padres de niños con buen carácter y que son buenos alumnos, en general, no buscan consejos en las reuniones de padres y maestros. Este artículo, por lo tanto, apunta a los padres de niños más difíciles. Sin embargo, hay un consejo para los padres de los buenos alumnos: Nunca le diga al maestro que su hijo se aburre. Esto hace sentir al maestro que usted no cree que él o ella sea un buen maestro. Hay muchos motivos por los que el niño puede sentir que se aburre. A menudo se refiere a que algo es difícil o tedioso para él, algo a lo que no desea dedicarle su esfuerzo. Si el trabajo es verdaderamente de un nivel bajo para la capacidad del niño, sería mejor hablar con el administrador sobre la ubicación del niño. Si no hay otras opciones de ubicación, hable con el maestro sobre la posibilidad de que el niño realice actividades de enriquecimiento sin atacar de ninguna manera al maestro. En general, estos problemas no son tan serios como tener un niño a quien le cuesta trabajo la escuela.



Durante la reunión


Algunos niños son más difíciles de criar que otros y algunos requieren más habilidades para ser apoyados como alumnos que otros. Los padres no deberían sentirse responsables ni a la defensiva si su hijo tiene dificultades. Sabiendo que su hijo es un niño difícil, deberían acercarse al maestro en forma colaboradora y buscar ayuda para el niño trabajando juntos. Los padres no deben nunca atacar ni culpar al maestro, del mismo modo en que tampoco esperan que el maestro los culpe a ellos. Los padres quizás sientan que el maestro no es tan efectivo como podría con su hijo, pero nunca deben acercarse a él críticamente. Los siguientes son ejemplos de maneras más y menos efectivas de plantear sus preocupaciones:

Menos efectiva: "Le está dando a John demasiado para estudiar para el examen y no está bien organizado. No está claro lo que debe saber. No tiene posibilidades de aprobar".
Resultado: El maestro se siente atacado y se pone a la defensiva. Los sentimientos negativos hacia el padre pueden transferirse al niño si el maestro no tiene un ego sólido.
Más efectivo: "John tiene problemas con la organización. Cuando tiene mucho material para estudiar, no sabe por dónde empezar. ¿Se le ocurre alguna manera en que yo pueda ayudarlo?"
Resultado: El maestro se ofrece a ayudarle a John a organizar el material y promete avisarle con suficiente anticipación qué temas estarán incluidos en el próximo examen (dependiendo de la edad del niño y del grado de dificultad).



Menos efectiva: "Está claro que a usted no le agrada Mary. Ella dice que usted le llama la atención constantemente, que otros niños hacen otras cosas y usted no les dice nada, pero si las hace ella, usted la regaña. Nunca ha tenido este tipo de problemas antes y no le gusta la escuela este año por esto".
Resultado: El maestro se siente atacado y se pone a la defensiva.
Más efectivo: "Mary piensa que a usted ella no le agrada. Sé que eso puede ser porque usted la corrige. ¿Está causando algún problema? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?"
Resultado: El maestro no se siente amenazado y esto abre una puerta para la discusión. Usted tiene la oportunidad de ayudar al maestro a entender mejor a su hijo. El maestro tratará de hacer un esfuerzo para demostrarle a Mary que la aprecia.



Menos efectiva: "Paul llegó a casa con un gran rasguño en la cara. Dice que Alex siempre busca pelearse con él. Mi hijo no está seguro en la escuela. ¿Por qué no controla su clase?"
Resultado: El maestro le explicará por qué no es posible observar todo y se sentirá a la defensiva y menos predispuesto a ayudar.


Más efectivo: "Paul llegó a casa con un gran rasguño en la cara. Dice que Alex siempre busca pelearse con él. Sé que es imposible que un maestro vea y escuche todas las interacciones de los niños, pero ¿podría observarlos y ver qué es lo que ocurre?"
Resultado: Se abre un canal de comunicación para que el maestro le cuente lo que ha estado observando. Quizás Paul esté contribuyendo al problema. Usted como padre quiere saber esto para poder ayudarlo a enfrentar la situación de manera diferente. Es muy probable que el maestro esté de acuerdo con controlar la situación.



Estos ejemplos señalan la importancia de tratar de mantener un canal abierto de comunicación con el maestro y demostrarle que usted desea colaborar y que respeta su habilidad como docente. Nunca es positivo para su hijo que usted ataque a su maestro. Mantener un canal abierto de comunicación le brinda al padre la oportunidad de recibir mucha más información sobre el niño en la escuela y la mejor oportunidad de lograr que el maestro responda a las necesidades del niño. De igual forma, si está ocurriendo algo en el hogar que pueda afectar el comportamiento del niño en la escuela, es importante compartir esto con el maestro. Si usted tiene problemas matrimoniales o personales, quizás sienta que esto es información privada, pero su hijo puede estar sintiendo estrés y teniendo dificultades sociales o emocionales en la escuela. Compartir su situación ayudará al maestro a ser más comprensivo con su hijo.



Si lo toma completamente por sorpresa que el maestro le diga que su hijo tiene problemas académicos y de conducta, trate de no asustarse ni responder emocionalmente. Adopte un enfoque de solución del problema y demuéstrele al maestro que desea trabajar con él o ella para mejorar la situación. Pídale al maestro que le dé ejemplos específicos del comportamiento en cuestión, cuándo ocurrió y en qué circunstancias, y ofrézcale cualquier explicación que tenga.

Diseñe un plan. Conozca las expectativas del maestro y trabaje con él o ella para desarrollar un plan que ambos crean que funcionará. Es una buena idea concentrarse en un problema a la vez para que el niño no esté sobrecargado y tenga más posibilidades de tener éxito. También es importante determinar si el niño tiene o no control sobre lo que está haciendo. Por ejemplo, un maestro puede quejarse de que el niño no sigue instrucciones. Pero el niño podría tener un problema del lenguaje en vez de hacer esto deliberadamente. Un examen y terapia del lenguaje pueden ser la respuesta. Si el problema es conductual sin base psicológica, un programa de modificación del comportamiento quizás sea la respuesta.



Es siempre una buena idea felicitar al maestro por proyectos o actividades interesantes que ha llevado a cabo y agradecerle que ayude a su hijo. Si su hijo requiere atención adicional de parte del maestro, también agradézcaselo. Los maestros trabajan duro y aprecian el reconocimiento de los padres.



Luego de la reunión


Discuta lo ocurrido en la reunión con su hijo. Comuníquele primero la información positiva. Sea específico con respecto a las áreas en las que le está yendo bien. Si hay un problema, discútalo en el contexto de todos los aspectos positivos de desempeño escolar de su hijo. Cuéntele al niño que usted y su maestro han diseñado un plan para ayudarlo a mejorar y pregúntele qué opina.

Una vez que se ha desarrollado el plan, es importante que el padre y el maestro vuelvan a reunirse luego de un período razonable para evaluar el progreso. Los padres deben recordar que los cambios no se producen de repente y no deben esperar retroalimentación muy frecuentemente ni muy pronto. Esto puede poner al niño bajo mucha presión y hacer la situación más difícil. Si usted cree que el niño no está progresando luego de un período razonable, considere tratar la cuestión con el supervisor del maestro. Los padres deben hacerle saber al niño que el buen desempeño escolar es un valor de la familia y que el maestro y los padres están trabajando juntos para ayudarlo a tener éxito.



Sobre la autora


Lydia Spinelli, Doctora en Educación, quien se ha desempeñado como educadora durante los últimos 28 años, realizó su doctorado en Programas Escolares y Enseñanza en Teachers College, de Columbia University. Ha sido directora de la escuela The Brick Church School, una escuela para niños pequeños de la ciudad de Nueva York, desde 1983.



Material disponible en: Child Study Center

 

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